ARTISTAS: | Lorenzo Gomez Oviedo & Carolina Meló Crubellier |
WEB: | LINKTREE |
OBRA: | VOCES |
PLUS: | CD, Cassette |
FORMATO: | Digital, CD, Cassette |
SELLO: | ADAPTADOR, Bolinga Everest Records |
RELEASE: | Mayo / 2021 |
PAÍS: | San Juan, Argentina |
El ruido de los pasos en un espacio vacío, en silencio, con el afuera exterior.
Estimados, esto no es una reseña.
Adaptador Records acaba de lanzar su reciente trabajo sobre paisajes sonoros, específicamente sobre paisajes sonoros.
Este trabajo, lleva por nombre VOCES.
El canon indica que los cementerios son lugares lúgubres, silenciosos, donde se respira un determinado perfume a muerte. La fe cristiana le llama camposanto y así es como nos hemos criado, sosteniendo ese canon a través del miedo, porque para devenir santo, muchos previamente fueron “martirizados”. Ese martirio, es detallado en muchas congregaciones católicas y elevadas al rango de heroicidad, por lo cual, muchos cementerios, se llenan de estos héroes mártires, sosteniendo así, el legado del miedo, del dolor, la sumisión.
Por cierto, quien escribe estas líneas vivió a metros, separado por una calle, frente a un cementerio.
Transcurrí gran parte de mi primaria infancia jugando dentro de uno, donde sostengo aún la impaciencia que me provocaba la pregunta de mis coetáneos compañeros de actividades “¿no tenés miedo de vivir al lado del cementerio?” cada quien puede imaginarse una respuesta.
Lugar apenas vistoso, lleno de panteones solemnes y pretenciosa arquitectura (en el mejor de los casos), aspecto típico de una ciudad condensada de inmigrantes católicos provenientes de los últimos y largos procesos migratorios en Argentina, donde se mezclaron los dialectos de España e Italia en su mayoría, con los criollos locales. También lo fueron su fe y sus supersticiosas creencias, en una zona vastamente pampeana, alternando los pantanos secos, el ascenso hacia las sierras y los famosos campos de trigo “hasta donde termina el horizonte” de L’America.
Con este bagaje, nuestra ascendencia nos educó con miedo al cementerio, un respeto impolutamente incuestionable, con un vacío lleno de supersticiones irrazonables. Un lugar desbordado de silencio rayano al mutismo.
Pero los cementerios no son así, descubrimos con el avance de la razón que pueden ser museos como cualquier otro, lleno de arquitectura, pintura y escultura, pero… museo al fin, donde nada debe perturbar la paz propia u obligada del espacio en su máxima y silenciosa grandeza.
Recuerdo, en esa lejana niñez tan cerca ahora, que llamaban mi atención los pequeños corredores entre las criptas, panteones, tumbas y nichos. Lugares estrechos y amplios que cambiaban inmediatamente, como en un entrar y salir. Allí pasaba largas horas, solo o en compañía, caminando, corriendo o simplemente sentado en las pequeñas cúpulas sobresalientes de las criptas cercanas al osario del camposanto local, aquí donde luego de tantos años me toca residir nuevamente.
Estos recuerdos solo abogan por un criterio desmitificador, el de los espacios como estos, los cementerios, lugar donde también llegó la gula snob para transformarlos en centros recreativos de paz hipócritamente meditativa.
Cuando comencé a ser perseguido por el fantasma moral de la muerte, dejé de frecuentarlos.
VOCES, compuesto enteramente por grabaciones de campo en distintos cementerios de la provincia de San Juan, Argentina, nace como un deseo y una necesidad, a inicios del 2020, en contexto de pandemia.
Las grabaciones fueron realizadas bajo un respeto vertiginoso en distintas sesiones de escucha atenta y largas horas de reflexiones y discusiones maravilladas al respecto.
Aunque mis palabras traten de no sacralizar el objetivo, es imposible no ser permeable al contexto de los afectos. Como marca la cita, VOCES es un trabajo de campo, en el campo, registrando con escucha profunda y atenta, el silencio canónico de los lugares escogidos para tal fin, en San Juan, Argentina. Lugar que ocupa una importante parte en mi corazón y de mi razón, por los afectos que me comprometen y por las lealtades ganadas. No puede ésta, ser una pretenciosa critica objetiva, es todo lo contrario, una reseña desde lo profundo que un cuerpo racional, que el mote de científico que se atribuye, puede dar.
VOCES, es un excelente trabajo de cierre y conclusión, de una desgracia que se antepone a una tragedia, pero que se gesta en su antípoda, desde la apertura y la gracia. Es también el deseo de prolongar en la memoria el afecto, el cariño, la admiración, el respeto y el amor por el otro. Es más bien un trabajo de Reconstrucción, de Reconfiguración, de Renacimiento.
VOCES de Lorenzo Gómez Oviedo & Carolina Meló Crubellier, es una obra que deambula en un purgatorio, lo será siempre y siempre lo tendremos ubicado en ese lugar, es un trabajo que pretende terminar de desarmar a quien está de éste lado o liberar a quien está del otro.
Paradójicamente, uno esperaría que sonara lúgubre, fétido, oscuro. Es una obra que transita esos silencios preciados característicos de un cementerio, pero también es un amanecer, con pájaros despertándose, la urbe comenzándose a mover y el relajo de el trabajo de escucha concluido. No puedo dejar de tener la imagen sonora del lugar, sin haber conocido el espacio y creer que es tal cual me la relatan Lorenzo y Carolina.
No es un álbum grandioso, es una obra honesta, sencilla, amorosa, mínima, que desborda en detalles cuidados, tan exquisitos como las convicciones de cada uno de los artistas comprometidos en esta labor. Una honestidad que se nota en cada segundo de cada pieza de éste registro.
Son cuatro paseos por distintos espacios sacramentales, reflexiones de escucha atenta, profunda. Sentida como una urgencia, como una emergencia.