ARTISTA: | Javier Piñango |
WEB: | Soundcloud |
OBRA: | Mutación Esférica |
PLUS: | No |
FORMATO: | Digital |
SELLO: | Casa Mutante |
RELEASE: | Julio, 2020 |
PAÍS: | Uruguay, españa |
Javier Piñango | PH Céline Gesret, Miguel Fernández Flores
Hace unos días, Javier Piñango, a quien conozco desde hace unos pocos años y solo virtualmente, lanzó un nuevo trabajo llamado Mutación Esférica, a través de un sello uruguayo llamado Casa Mutante.
Javier es español, un trabajador incansable de las artes experimentales, con una obra y proyectos vastísimos como los laberínticos rincones que tiene la web global.
Aunque hemos de cruzarnos mucho en las redes, poco hemos conversado y admito que siempre busqué una excusa para hacerlo. confieso que soy un periodista (entre tantos roles diversos que asumo) que llega un poco tarde a escuchar todo lo que se edita y por residir en Argentina, se complica aún más la posibilidad de estar en contacto con muchos artistas para generar un flujo de información y feedback necesario en este borde de las artes.
Todos esos “contras” también tienen sus “pros”, puedo llegar tarde o puedo no enterarme, pero hace que sea más cuidadoso a la hora de buscar material de calidad para escuchar y afinar mas el ojo en las habilidades de búsqueda como de escucha.
El caso de Javier, es un blanco fácil, es muy activo en las redes y su discografía es vasta y extensa, se puede escuchar prácticamente online en cualquier momento del día y para mejor, siempre acompañado de un buen aperitivo, lo que lo hace más disfrutable aún.
Javier Piñango, músico y mil cosas más relacionadas siempre con el mundo de la experimentación sonora. Madrileño y Español, viene trabajando en este terreno desde los años 80′. Ya sea como músico o como programador y gestor cultural, como periodista musical, como creador de sellos discográficos y un largo etcétera de activismo relacionado con la creación de sonidos no convencionales.
Me califico como músico más que como artista sonoro, básicamente porque en todo mi trabajo hay una exploración y percepción del sonido y el ruido desde una perspectiva musical. De alguna manera defino lo que yo hago como una “musicalización del ruido”, lo cuál me aleja del ruidismo y los ruidistas más ortodoxos.
“Mutación esférica” es mi último trabajo publicado hasta la fecha, aparecido en formato de libre descarga en el mes de Julio de 2020 en el nuevo sello uruguayo Casa Mutante. Este disco responde a una propuesta de Gabriel Hernández, el artista uruguayo que ha puesto en marcha Casa Mutante, para que publicara algo en su sello. Y en este año tan extraño, en el que estamos viviendo y sobreviviendo a procesos y experiencias personales tan desconcertantes y a la vez tan brutales, con el fantasma del virus, el confinamiento, etc, desubicándonos por completo, en mi caso he pasado durante estos meses de no poder hacer absolutamente nada a nivel musical, incapaz de conectar un cable, a encontrarme después en una fase de creación hiperactiva. Y es justamente en ese momento de hiperactividad cuando me llega la propuesta de publicar en Casa Mutante. A partir de ahí, comencé a trabajar en la idea de generar una pieza extensa, de estructura circular, sin tener un aparente principio ni final, que repitiera a lo largo de su desarrollo motivos y sonoridades que le dieran ese aspecto de círculo que gira y gira, arrancando, deteniéndose, volviendo a arrancar, siempre intermitente, pero todo ello mutando constantemente a nivel tímbrico, de amplitud de planos sonoros y de manipulación de texturas. Todo ello a partir del uso extremo del sintetizador que utilizo desde hace décadas, el viejo Korg MS-20 analógico, que se ha convertido en los últimos años en el protagonista principal de todos mis trabajos.
Un álbum de una sola pieza o una sola pieza conforma este álbum. Un trabajo pleno de texturas sonoras dialécticas y como bien comenta su autor, en modo circular como la rueda de una carreta, su escucha, es sorprendente.
Básicamente la propia propuesta en sí de Gabriel Hernández para publicar en Casa Mutante, y tengo la impresión, también, de que la propia situación vital de desconcierto e incredulidad que estamos viviendo en este devastador 2020, tiene algo que ver con esa estructura circular del tema. De alguna manera responde a sensaciones que hemos vivido y seguimos viviendo de ansiedad, insomnio, vuelta a la ansiedad, desconcierto, nueva normalidad nada normal, más insomnio, etc, todo en un proceso que en vez de concretarse se expande cada vez más girando sobre sí mismo y sin encontrar ninguna respuesta.
En estos momentos de encierro y desazón, de hiperconectividad y pantalla sobredimensionada, donde se esta virtualizando nuestro cotidiano, donde todo se vuelve metódico, Piñango apuesta por el azar y la no continuidad en determinados procesos.
En mi caso no tengo una metodología única a la hora de componer y grabar. Hay trabajos que parten de una conceptualización previa, teórica, una idea, como es el caso de “Mutación esférica” o de toda mi obra expuesta bajo el nombre genérico de de “i.r.real”. Pero también me gusta compaginar esto con trabajos mucho más intuitivos, directos y fuertemente basados en la improvisación. Volviendo a “Mutación esférica”, como ya expliqué antes, la idea era generar ese desarrollo circular y esa cierta estructura repetitiva. Como hago habitualmente, y teniendo en cuenta que trabajo fundamentalmente a partir de pistas y más pistas de sintetizador, la propia composición de la pieza va en paralelo a la generación de la estructura, el tratamiento sonoro de efectos en determinados momentos y la mezcla definitiva de todo lo previamente grabado.
En Mutación podemos contemplar varios “momentos” a lo largo de la pieza ¿cómo fue el proceso de construcción de este storytelling sonoro?
En todo mis trabajos hay una parte importante de narratividad sonora, quizá de forma más evidente en todo lo concerniente a mi proyecto “i.r.real”. Pero aquí, en “Mutación esférica”, también está presente. Es esa necesidad, no sé si autoimpuesta o simplemente intuitiva, de transmitir sucesos, sensaciones, un discurso de hechos sonoros, obviamente subjetivo, que luego en el momento de la escucha, cristalice en otra nueva subjetividad en la percepción final del oído del oyente, del receptor. Del mismo modo en que leemos o vemos y escuchamos una película, pero en este caso concretando al 100% esa transmisión de “momentos” a través del sonido. De algún modo yo lo llamo, vulgarmente, “hacer que sucedan cosas”. En ese sentido trabajo mucho con la ruptura, la saturación y el vaciado, los choques de planos y la tensión, todos ellos utilizados como elementos narrativos.
¿Cuál considera Ud. que es la importancia del RUIDO y del Silencio dentro de una pieza sonora experimental como Mutación…?
Son elementos básicos en todo lo que hago, y en este caso concreto también. Como dije antes, tanto al ruido como al silencio les doy un tratamiento “musical”, entre comillas, es decir los someto a una musicalización, los utilizo como eventos sonoros que responden a parámetros manipulables de intensidad, duración, timbre, vaciado, inmovilidad, etc. Al trabajar mucho con intensidades y rupturas a partir de esa narratividad sonora, el ruido y el silencio, así como la multiplicidad de planos sonando a la vez y procesados o no procesados para obtener una mayor multidimensionalidad de lo que suena, son todos elementos característicos y creo que muy reconocibles por la forma en que los utilizo en mis grabaciones.
Cada trabajo nos aporta un aprendizaje si somos capaces de interpretarlo, quizás no lo percibamos hoy, pero en algún momento podemos cuadrar el ángulo y asumir lo que ocurrió para internalizar.
Pues diría que lo que siempre aprendo y desaprendo con todo lo que hago. Porque con el paso del tiempo he aprendido, precisamente, también a desaprender. Por ejemplo es algo que en su momento hice en la forma en que trabajo con la síntesis, en hacer un reseteo mental y formal con el uso y la manipulación del sintetizador. Con esto lo que quiero decir es que para mí, a lo largo de todos estos años y de cada obra publicada, lo que hay es un proceso, un itinerario impredecible, siempre a partir de conceptos que tengo muy claros y de los que he hablado ya antes, pero en el que también el acto de la improvisación, el riesgo y la pura intuición tienen su cabida. Y en el riesgo está también el asumir que a menudo uno puede transitar por caminos que ni él mismo entiende ni conoce… En definitiva, y volviendo a la pregunta, uno aprende y desaprende, afortunadamente, cada día y cada minuto…
Gracias Javier.